Roberto Mac-DouallZipaquirá

Roberto Mac-Douall su historia y el eco de su nombre en un magno teatro

Por: Louisiana Rivera
#LaEscritoraDeLaNoche

Zipaquireño nacido en 1850 quien vivió hasta 1921. Roberto Mac-Douall fue político, poeta, dramaturgo, humanista y autor de varios textos de enseñanza. Miembro de la sociedad literaria Liceo Hidalgo, y de la sociedad artística literaria que fundó el poeta mexicano Manuel Acuña.

El artista, el recordado, el que pareciera nació con nombre emblemático, era hijo de madre santandereana y de un comerciante escocés Alexander Mac-Douall.

El niño y joven Roberto fue estudiante de los colegios Santamaria en el municipio de Nemocón para el año de 1867, y finalizó sus estudios en el Colegio del Rosario de la ciudad de Bogotá para 1870.

En 1872 fue Diputado de la Asamblea del Estado Soberano de Cundinamarca. Roberto ocupó cargos también como Secretario del Banco de Crédito Hipotecario para 1885 y se desempeñó como Secretario de Gobierno.

Como si pareciese irreal pero en un acto certero, participó en la Guerra Civil de 1876. Además de ser Vicecónsul de México en Bogotá.

Para destacar sus obras conocidas: Novelas: El Joven Arturo, 1883, drama. Luisa, poema lirico-sentimental trata el tema de la guerra civil. Danza Macabra, elegía. Poesía: De su poesía son célebres La Conquista; El Bárbula, Colón en Jamaica. Prologó en verso, el libro de poemas “Dolores”, 1906, de Julián Páez Mateus.

Uno de los datos imperdibles para quien registre las memorias del ilustre Roberto Mac-Duall es conocer que luego de 1925, gracias al ingeniero Lascano Berti, el insigne “Teatro Municipal” de Zipaquirá, se convirtió en el teatro Roberto Mac-Duall llamado así en honor al intelectual zipaquireño.

Desde allí, creo yo, que zipaquireño que se respete conoce y entona ese nombre como el sentir más profundo y querido de su corazón en el teatro, no sólo porque su sonoridad lo hace imponente, ¡y cómo no!, si al decir Roberto Mac-Douall uno se imagina al legendario hombre que osó llevar en su existencia esta referencia de ser y estar como habitante salino y colombiano. Sumado al recuerdo añorado de multitudes de personas que vibramos, reímos, lloramos y contemplamos cine, danzas, teatro, presentaciones musicales, clausuras de colegios, comedias y mucho más en este lugar que por su arquitectura y capacidad te hacen soñar; un escenario amplio donde se alberga una de las mejores acústicas del país, cuyo interior es como si el tiempo te recreara la magia que en él se guarda.

Es que los que somos saladitos como don Roberto entendemos la capacidad del arte como método de enseñanza y avance, comprendemos la educación como desarrollo social, y apreciamos el aprendizaje como el foco evolutivo de las comunidades. Sin duda no sólo se habla en estas letras del hombre, se habla del nombre que permanece en las tablas de la añoranza, de la dejadez municipal y nacional en su restauración, y del sueño de unos tantos colectivos dispuestos a dar la pelea por ver sus puertas abiertas a la vibra de sus galas otra vez.

Dedicado: #ATi